Es la primera vez que un libro me envenena de tal manera y me hace perder la noción del tiempo.
Es simplemente una historia que seduce y hace que se cree aquella relación maldita con el lector, desde el momento en que el título te hace coger el texto, hojear las páginas y sin más leer las palabras con las que comienza a relatar una serie de acontecimientos que terminaron por dejarme sin aliento y que hasta el final, como me ocurriese alguna vez con una peculiar película, me sorprendiese su enfrascado desenlace cual serie de muñecas rusas o laberinto.
Como me gustaría realizar una crítica de dicho texto pero no soy quien para hablar de ello solo me siento capaz de alzar mi voz para emitir elogios al escritor y su obra.
Hace mucho tiempo que no leía, y me culpo ya que fue producto de mi mera irresponsabilidad, pero este libro me devolvió aquella infinita necesidad de saciar mi sed de leer, de enrollarme entre las paginas de historias que parecen imposibles pero que siempre me hacen dudar, me entrometen y me hacen partícipe y me llenan la mente de imágenes de aquellos maravillosos relatos de lugares que a la vez nunca llegue a conocer, pero que gracias a aquellas lineas escritas tan bellamente puedo vislumbrar, cual fotografía.
"...el arte de leer se está muriendo muy lentamente, que es un ritual íntimo, que un libro es un espejo y que sólo podemos encontrar en él lo que ya llevamos dentro, que al leer ponemos la mente y el alma, y que ésos son bienes cada día más escasos."
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