miércoles, 27 de octubre de 2010

Compulsivos

Los compulsivos me encantan porque cuando deben explicar su adicción que les provoca comprar o comer compulsivamente ponen cara como si ellos no hubieran roto el jarrón favorito de mamá, pero todos sabemos que ellos fueron.

Debo admitir que yo también tengo una compulsión por comprar pero solo me ocurre cuando voy al centro comercial y quiero llevarme media tienda, pero eso también es culpa por estar formada en una sociedad consumidora y tener una madre que va cada semana a la ropa americana.

Y de hecho ahora y cuando hablo de esto en mi cerebro resuena constantemente una frase que mi padre querido (quien tiene todos los jeans desde hace años al igual que las camisas y los zapatos). El siempre me dice para reírse de que me demoro en vestirme "Tienes un closet lleno de nada que ponerte" y es verdad, no se lo voy a negar pero eso es porque cuando ya adquiero algo, siento que ya no tiene el mismo valor que la cosa que podría tener a futuro en mis manos...

Compulsivos somos todos al fin y al cabo, y no lo digo únicamente por el hecho de que yo también desee constantemente tener ropa nueva, tecnología nueva, incluso materiales para mis trabajos nuevos, sino que lo digo por el hecho de que la publicidad y su mejor amigo, el comercio, nos dicen que compremos cosas que se renuevan en tan poco tiempo, que necesitas estar constante mente comprando.

Por lo que con esto quiero llegar a decir de que, por mas que el mundo nos diga que compremos, no es realmente necesario, si realmente lo necesito lo voy a comprar, pero si no puedo pagarlo me aguanto y me voy, para evitar gastar lo poco que tengo que administrar al mes y así tener para cuando realmente me merezca un cariñito, o un premio.

No hay comentarios: